Después del 1 de diciembre

En la elección del 1 de julio, el PRI no ganó ninguna de las nueve gubernaturas disputadas y perdió dos de las 14 que tenía: Yucatán y Jalisco. En la nueva era política se quedara con 12.

Para la crisis que enfrenta no es un mal número. Empata con las posiciones que tendrá el Partido Acción Nacional pero gobernará el 44. 4 por ciento de la población mientras que el PAN lo hará con el 32.8 por ciento.

En el contexto de oposición con el gobierno federal, los gobernadores serán figuras, política y económicamente importantes en ambos partidos. La ausencia de jefe político les da mayor margen de decisión y de acción.

La primera reacción surgió en el PAN. Un bloque de nueve Gobernadores se sumó esta semana a la fórmula de Héctor Larios y Rafael Moreno Valle a la presidencia y secretaría general del CEN.

El objetivo es arrebatarle el control al grupo de Ricardo Anaya que todavía la semana pasada consumó otro golpe con el «autonombramiento» de Damián Zepeda como coordinador de la bancada en el Senado.

El gobernador de Chihuahua Javier Corral aseguró en Twitter que «siguen colocando sus intereses por encima de todo».

«Que descaro» escribió el mandatario de Aguascalientes Martín Orozco mientras que Pancho Domínguez de Querétaro manifestó; «Insistir en adueñarse de Acción Nacional dandole la espalda a sus principios es un suicidio».

Los comentarios fueron en respuesta a la publicación de Gustavo Madero, -considerado el padre político del ex candidato a la Presidencia de México- quien escribió: “Es triste reconocer, que quienes más criticaron a @RicardoAnayaC, acabaron teniendo razón, y que quienes lo apoyamos, perdimos y nos equivocamos”

El respaldo de los gobernadores a la fórmula Larios-Moreno Valle pretende evitar otro agandalle como los que acostumbra el grupo anayista que por ahora sigue manteniendo el control del partidos y de sus prerrogativas.

En el PRI, el tema -por lo pronto- está controlado pero la designación de Claudia Ruiz Massieu podría ser retomado por los gobernadores después del 1 de julio.

Cuando se acabe el poder de Enrique Peña Nieto no se descarta una revuelta y es que los mandatarios culpan al presidente de la histórica crisis en la cayó el partido y no entienden tanta condescendencia con el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador. Hay una discreta inconformidad entre los mandatarios.

Los problemas apenas empiezan en ambos partidos, que desde la oposición y en tiempos de austeridad republicana, tiene en sus gobernadores la mayor de sus fortalezas…económicas.

Último apunte: El alcalde electo de Matamoros, Mario López se reunió con cuatro de los seis diputados locales. Asistieron los priistas Monica González, Juan Carlos Córdoba, Anto Tovar y el panista Ramiro Salazar. El proyecto de alumbrado público podría no llegar al pleno del Congreso.

maribelvillarreal@hotmail.es

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