PITÁGORAS TUMBA MITOS

A estas alturas, los estrategas electorales de las principales fuerzas políticas del Estado andan haciendo cuentas de lo que pasó el pasado seis de junio, para explorar lo que puede pasar el próximo 5 de junio, ya sabemos, aquel de este 2021 y el otro del próximo 2 mil 22.
El repaso de la estadística puede marcar tendencias inerciales y de esa lógica, brotan conclusiones para bordar en prospectiva, aunque para cada caso geográfico, las particularidades resulten distintas y distantes a ratos.
Pero especialmente, al repasar las estadísticas se cae en la cuenta que muchos clichés que se dieron por ciertos, aun después de celebrada la elección, en realidad son falsos y tumban los argumentos por los que algunos andan ya haciendo campaña, pensando en lo que sigue.
Hablando de botones de muestra, por ejemplo, en Nuevo Laredo, la nota discordante fue la votación general efectiva, que sufrió una disminución respecto del número de participantes en la anterior elección, en una disminución de más de 20 mil votos computados.
Esa precisión tumba hasta los pregones del Instituto Electoral de Tamaulipas que presumieron un crecimiento en la participación ciudadana, sin haber gastado un peso en promoción del voto.
Hablando de las elecciones de ayuntamiento, en el caso del PAN, allá en el primer puerto fronterizo creció su captación en 5 mil votos, al pasar de 54 mil a 59, mientras el PRI dio un brinco superior en su caída, al pasar de 39 mil a solo 9 mil votos, siempre respecto de la anterior elección similar.
¿Qué nos dice eso?, que la suma del PRI al PAN solo le significó un crecimiento marginal del 10 por ciento en sus votos históricos y de los 30 mil que dejaron de votar por el PRI, 25 mil al menos, no se fueron siguiendo a la candidata priísta postulada por el PAN.
Tales ciudadanos, predominantemente, se fueron a engrosar la causa morenista, que dos elecciones atrás, solo computaba mil sufragios, en la anterior 42 mil y ahora 62 mil votos; los 5 mil de diferencia bien pueden acomodarse en el margen de abstencionismo aumentado.
En Pocas Palabras, cuando el PAN postula a un priísta, la mayoría de los tricolores opta por una tercera vía y una parte de ellos, prefiere no votar que hacerlo por el PAN; cuando en la coalición el candidato es panista, la concurrencia de priístas es aún menor, dicen los analistas.
En Reynosa el PAN no solo no creció, sino que cayó a la mitad de los votos que había alcanzado en el referente anterior –de 142 mil a 69 mil votos- y acaso la constante fue el acelerado desgaste priísta que bajó de 29 mil a 11 mil votos.
De la anterior (2016) el PRI cayó a la mitad de su clientela en Reynosa y en esta a un tercio de esa lastimosa mitad.
Pero la mayoría de esos 91 mil votos que dejaron de captar el PRI y el PAN no fueron a parar a MORENA, como podría suponerse; el grueso de ellos también se fueron a engrosar las cifras del abstencionismo, con 82 mil 776 unidades en que decreció la votación efectiva ahí.
MORENA sí creció, postulando al hijo de la alcaldesa panista en funciones, CARLOS PEÑA ORTIZ, pero solo en 7 mil votos adicionales a los que había obtenido en la elección anterior, pasando de 88 mil a 95 mil votos entre una y otra.
Las inercias aportadas por la marca del partido del PEJE Presidente, dieron crecimientos mucho mayores en otras plazas donde no se dieron las concesiones de Reynosa; se ganó más por lo que decrecieron los adversarios que por el crecimiento propio.
En Matamoros, en cambio, aunque la merma panista fue más moderada –del 25 por ciento al pasar de 62 mil a 47 mil votos-, la constante en la precipitación priísta, que cayó de 61 mil a 14 mil votos sí transitó a favor de MORENA, que creció de 71 mil a 100 mil votos.
El mérito se multiplica si se considera que dos elecciones atrás, MORENA ni pintaba, con 3 mil votos acreditados en la plaza.
Ensayos de laboratorio, en el ribereño Mier, el PAN perdió casi la mitad de los votos que obtuvo en la elección anterior, al pasar de mil 771 a 926 votos, y aunque ya venía de una merma importante cuando en la antepasada elección había obtenido 2 mil 302, refrendó el triunfo.
¿Por qué?
Siempre fiel –a su constante-, el PRI se contrajo hasta una vigésima parte de su clientela anterior, con solo 38 de los 686 votos que había obtenido en la anterior y aunque MORENA pudo haber sido destinatario de la merma de cualquiera de los dos, no le fue suficiente para ganar.
A la inversa del PRI y del PAN, el partido del Presidente creció de 56 a 639 votos; la diferencia la marcó el candidato independiente HIRAM PEÑA GÓMEZ, quien se quedó con 700 votos y partiendo la oposición al prianismo, en votación dividida volvió a ganar el PAN.
Esa es la explicación gráfica del “divide y vencerás”.
A gusto de los grupos políticos domésticos, en Miguel Alemán, en las últimas tres elecciones el PRI y el PAN se han alternado votaciones que rondan los 5 y los 3 mil votos, así que habiendo gobernado el municipio en la anterior el PRI, ahora le tocó al PAN.
MORENA, de la antepasada elección a la anterior había dado un salto de 46 votos a 2 mil 622, lo que le ponía en las inercias de tocarle turno al triunfo, pero no, ahí dio la nota discordante y desandó camino para instalarse en los 851 votos en esta.
Es lo que pasa en las comunas donde hay un férreo control político, económico y social.
Hay quienes hablan al oído del poder, animándolos a multiplicar caminos de triunfo a rajatabla, con todos los riesgos que ello pueda representar, como única alternativa para prolongarse como partido gobernante.
Aunque desde las zonas rurales –donde se facilitan esas prácticas- se pueden animar proyectos regionales, en tratándose de una elección estatal –la que está en ciernes-, son las principales concentraciones urbanas los que definen destino.
Al menos hoy, MORENA se apresta a gobernar cerca del 80 por ciento de los tamaulipecos, concentrado en 11 municipios del Estado.
La zona centro, que comprende el quinto distrito federal electoral, que concentra 345 mil ciudadanos inscritos en la Lista nominal de electores, apenas significa el 12 por ciento del total estatal.
Y ese es otro botón de muestra para las referencias.
De eso y cosas peores, se componen las reflexiones que hoy flotan en los “cuartos de guerra” de partidos y gobiernos.
A la reunión estatal de la agrupación Ruta5 celebrada ayer en Victoria capital, siempre no vino el fundador y dirigente nacional, MANUEL ESPINO, como estaba anunciado,
Ni fala que hizo.
Si el Secretario General Nacional, FRANCISCO CHAVIRA MARTÍNEZ ha andado desplegando activismo en distintos estados de la república, faltaba más que lo hiciera en su propia tierra.
Ya sabe, el tema de la promoción de la Consulta para Enjuiciar a los expresidente de la república convocada para el domingo próximo y de refilón el tema de sus pretendidas aspiraciones por repetir como candidato a Gobernador.
Dice que hasta enero va a decidir si participa en el proceso interno morenista, a partir de una consulta que le diga si tiene posibilidades de ganar, si no, no.
Pero de una vez ya anda descalificando a los demás aspirantes declarados a quienes restó merecimientos, capacidades y presencia.
En el chiste ese de mal gusto de que el chilango ALEJANDRO ROJAS DÍAZ DURAN puede ser el candidato, ya andan llamando a domicilios particulares para preguntarles si ya saben que por él se está enjuiciando al Gobernador, “para que le den el voto”.
¿Repetirá la hazaña de dividir al partido en Tamaulipas con pura grilla barata como hace dos elecciones?

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