Tiempos álgidos en Tamaulipas.

León Tolstoi hizo un retrato narrativo de la invasión de Napoleón a Rusia. Describe en forma épica y magistral la confrontación de dos grandes protagonistas de la Historia Universal, el corso francés versus el Zar Alejandro I de San Petersburgo. El excepcional número de acciones, el tumulto de personajes y el puntual procesamiento de los hechos históricos hacen de Guerra y Paz la novela más leída y más importante de León Tolstoi, amén de ser un clásico sin paralelo de la literatura universal.

Esta columna no se trata de cultura literaria, sino más bien de aterrizar en tu entendimiento, sesudo lector, cómo las historias se repiten y se reproducen en todos los niveles. En el siglo XIX los ciudadanos fueron testigos de este enfrentamiento. Los había a favor de Napoleón y a favor de Alejandro I. Las pasiones se desbordaban entre los seguidores de uno y de otro. Quienes presumimos del análisis no podemos dejarnos llevar por el calor de nuestras filias y fobias en este tipo de casos.

Hoy en Tamaulipas estamos viviendo tiempos álgidos en momentos de transición. Parece ser que Cabeza de Vaca, gobernador saliente, a quien al momento de la publicación de estas letras le quedan solo 9 días de gobierno, no se está entendiendo con el gobernador electo Américo Villarreal. Esto es lo que todos los tamaulipecos de a pie podemos tener como una rotunda certeza, a partir de aquí estamos inmersos en un mar de especulaciones, de tal forma que si dejamos que nos gane la víscera seguramente nuestra postura será errática.

En ambos bandos hay juicios sumarios a favor y en contra. Es importante asomarnos a nuestra historia tamaulipeca para procurar un diagnóstico puntual que nos permita una conducta cívica inteligente. No es fácil, puesto que no hay un referente parecido en transiciones pasadas.

En pláticas con amigos panistas, a quienes les doy el crédito de inteligentes, me sorprende su rotunda conclusión respecto a la columna de Héctor De Mauleón en El Universal, quien para dar sustento a sus afirmaciones citó al embajador de EU Ken Salazar, que a su vez tuvo un comentario al respecto, que si no es para concluir en una postura al menos es para dudar, como en su momento lo recomendaba Sócrates.

Pero como los ánimos en Tamaulipas han sido astutamente caldeados con un propósito poco claro, parece que es imposible la mesura y la prudencia. No recuerdo en ninguna de las transiciones que hemos vivido los tamaulipecos algo tan grotesco, ni si quiera en la época del candidato más difícil que tuvo el PRI en la época moderna, que fue precisamente el cambio de gobierno de Américo Villarreal Guerra (AVG) a Manuel Cavazos Lerma.

Se rumoraba que Cavazos Lerma como candidato era bastante complicado, pero una vez electo esa situación creció exponencialmente, sin embargo, el gobernador saliente AVG actuó con mesura y el proceso de transición se llevó a cabo sin los desaguisados de los que hoy estamos siendo testigos.

¿Qué vamos a hacer los tamaulipecos frente a esta disyuntiva? Creo que lo más inteligente es ponernos de lado de lo institucional. Apoyar afirmaciones que no están tan claras solo trae perturbación al proceso de llegada del nuevo gobierno. Tuvimos una elección típica de nuestro país. Con mutuas acusaciones de trampa de ambos bandos. Al final, la autoridad electoral, tanto INE como IETAM, casi la misma autoridad que reconoció con todas las dudas, aún permanentes el triunfo de Felipe Calderón hace 16 años a favor del PAN, hoy determinó el triunfo a favor de Morena en la persona de Américo Villarreal Anaya.

Pretender manchar este proceso democrático con afirmaciones con poco sustento jurídico, pero con mucho matiz mediático y de redes sociales, es poco ético. Quienes perdieron, a pesar de sus enormes deseos de ganar, debieran actuar con talante de grandeza en la derrota y controlar su síndrome de hubris para evitarnos la pena de quedar en la historia muy mal calificados. Se puede ser grande en la derrota.

Sigo pensando que no hay porqué torcer la Historia, pues lo mejor para Tamaulipas es respetar la voluntad vertida en las urnas. Más de eso es perversión calculada y no respetar la inteligencia de los tamaulipecos.

El tiempo hablará.

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