Derechos humanos de los Matamorenses.

Hay que dar hasta que duela. Madre Teresa de Calcuta.

En lo referente a los migrantes, pareciera que a los matamorenses ya nos está doliendo dar. Es curioso porque la retórica que siempre he escuchado desde pequeño es que a los que somos de este punto geográfico nos gusta ayudar. ¿Qué es lo que está sucediendo entonces?

El fin de semana pasado estuvo cargado de noticias espectaculares para Matamoros, pues desde que los migrantes centroamericanos están de arraigo preventivo oficioso en nuestra ciudad, sentenciados de manera insensible por el juez Trump, hemos sido visitados por una pléyade de personalidades. Desde periodistas de talla internacional como Jorge Ramos de Univisión hasta una amplia variedad de congresistas de nuestro vecino país; dicho sea de paso, no he conocido de diputados o senadores mexicanos que hayan tenido la atención de al menos venir a ver cómo está la situación, tal y como lo han hecho sus pares norteamericanos. Lo que saben, lo saben de oídas.

Ah pero en cuento vengan las campañas electorales, si consideran que visitar a los migrantes les puede generar votos, ahí los veremos, cargando las cubetas de agua de los pobres migrantes y hasta dándoles de comer. Así de triste es la realidad.

Quien ya se acercó a este lugar, al que podemos denominar zona migratoria por obligación de las circunstancias, fue el Secretario del Ayuntamiento de Matamoros, el Lic. Federico Fernández Morales, y en un coloquio muy asertivo que tuvo con los migrantes, les pidió que mostraran respecto y agradecimiento a quienes, más a fuerza que de ganas, fungimos como sus anfitriones, los matamorenses.

El gobierno de Trump está castigando cruelmente a los inmigrantes y destruyendo el derecho a solicitar asilo en Estados Unidos, dijo Human Rights Watch al publicar su Informe Mundial 2020.

Este informe aludido también dice que el enfoque punitivo del gobierno de Trump hacia los solicitantes de asilo y ha separado de tal manera a las personas de la protección de sus derechos que su vida podría estar en peligro”, advirtió Nicole Austin-Hillery, directora ejecutiva del Programa de Estados Unidos de Human Rights Watch.

Para los congresistas que vinieron a la zona de los migrantes en Matamoros, en EU, el gobierno parece estar cometiendo un ataque frontal contra todos los derechos humanos fundamentales de este grupo de personas migrantes estacionados en forma indefinida en nuestra ciudad en los márgenes del río Bravo. Y como efecto colateral e indirectamente, se agreden también los derechos humanos de quienes querámoslo o no, con gusto o sin él, somos anfitriones de estas personas.

El reporte de Human Rights Watch también dice que el gobierno de EU ha detenido a inmigrantes, incluidos menores de edad, en condiciones inhumanas y traumatizantes en centros similares a cárceles, ha separado a familias por la fuerza y ha restringido el acceso a asistencia pública a los inmigrantes y sus familiares con nacionalidad estadounidense.

También deportó a solicitantes de asilo a México donde deben esperar hasta celebrar su audiencia en condiciones peligrosas y poco saludables, y tomó medidas para bloquear solicitudes de asilo de las personas que pasan por otros países antes de llegar a la frontera con EU. Todo esto en nuestras impacientes narices matamorenses.

A nivel internacional es de suma importancia respetar los derechos humanos de cualquier persona, siendo esta de la nacionalidad que sea. Pero en el andar de esta experiencia inédita para nuestra ciudad y bajo las crueles circunstancias que la política migratoria norteamericana aplica a la inmensa mayoría de centroamericanos, creo que eso de ser anfitriones por tiempo indefinido es lo que cansa a cualquiera. No suena muy romántico, ni muy solidario pero es naturaleza humana pura.

Es importante que así como los congresistas de EU mostraron sensibilidad al venir a ver la triste situación de los migrantes en Matamoros, así los diputados y senadores nacionales muestren un poco de interés por esas creaturas humanas que sufren en su anhelo de una mejor vida y también por nosotros los matamorenses que estoicamente aceptamos todas las reglamentaciones de las instancias internacionales de Derechos Humanos para no vernos, como nazis en los Juicios de Núremberg, soberbios e insensibles.

Los matamoresnes tenemos buenos deseos para los migrantes, como dijo el secretario del Ayuntamiento, no tenemos sentimientos xenofóbicos, pero eso sí, as mismas garantías de derechos humanos que tienen los migrantes, son las mismas garantías de orden e higiene son las que queremos los habitantes de esta ciudad tan golpeada por las circunstancias externas y tan ignorada por nuestros congresistas, federales y locales.

Queremos muchos representantes como el secretario del Ayuntamiento de Mario López Hernández, que muestren a la comunidad local que hay interés por ella y no solo la retórica de apoyo a extranjeros, pues una cosa no tiene que estar peleada con la otra.

El tiempo hablará.

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