¡Vaya, con el tal Anaya!

Ya se hizo costumbre que se filtren videos en las redes sociales sobre actos al margen de la ley del joven Anaya.

También, otros donde el joven Anaya sale a desmentirlos.

Ayer vi el video donde Juan Carlos Barreiro, hermano del socio de Anaya, Manuel Barreiro, expresar con claridad, la forma en que están haciéndose allegar de recursos para la campaña del candidato de la coalición: por México al Frente.

Dentro del argot jurídico, se presume que el video no debe tener consecuencias legales, pero sin lugar a dudas, insisto, si refleja la intención del hermano de Barreiro por explicar el esquema de financiamiento, para la campaña del Frente, triangulando recursos mediante la compra-venta de bodegas industriales.

Qué pena, pero todo gira alrededor del mismo tema que dio origen a los cuestionamientos contra el joven Anaya.

También hay un tema que gira alrededor de las contiendas: la necesidad de contar con una gran cantidad de dinero para hacer una campaña digna, es decir, que se tengan los suficientes recursos para todo lo que esa enorme y fatigante tarea requiere.

Es evidente que la sucesión presidencial, en cualquier país se inscribe dentro de una reiterada guerra sucia

“Guerra sucia” es un término actual que los políticos han acuñado para que los ciudadanos entendemos que en las contiendas electorales, todo se puede y de hecho todo se va a ventilar con la intención de lastimar al adversario.

Vaya pues, todo se vale.

Ahora bien, el antónimo de esta expresión, que sería “guerra limpia”, simplemente no se da en los enfrentamientos de intereses, que es de donde parten los orígenes de cualquier conflicto, mucho menos en estos tiempos, donde las campañas son encarnizadas.

La reacción inmediata del joven Anaya es buscar “capitalizar” la embestida a su favor. Cosa loable y entendible, porque es su obligación desviar la atención del tema, para que no le haga más daño del que ya le hizo.

Bien, esa pudiera ser una de las razones, pero conociendo al joven Anaya a través de su conducta habitual, podría ser que el mismo fabricara el video con tal de hacerse la víctima y subir en las encuestas.

Es penoso que así se piensa de uno de los candidatos a la presidencia de la república, pero es evidente que del joven Anaya, todo se puede creer…y esperar.

Me horrorizo cuando leo que un juzgado de Madrid abrió un proceso que versa sobre lavado de dinero donde se inmiscuye al joven Anaya.

 

Parece que eso de lavar dinero no tiene fin.

Pero al margen del video, me imagino que una de sus primeras reacciones fue  llamarle al Jefe Diego y pedirle que saliera ante los medios de comunicación a acusar al gobierno de ser el autor intelectual de la afrenta.

Para fortuna del gobierno, “hay ayudas que perjudican”.

De si le funcionará la estrategia al joven Anaya o si en realidad fue una estratagema del gobierno contra él, pronto se sabrá.

Pero el joven Anaya debió aprender que en esto del andar por la vida: “no hagas cosas buenas que parezcan malas”.

Así de simple.

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