Más allá del resultado de la elección, no deja de causar asombro la estrepitosa caída, en cuanto al número de votos, del Partido Revolucionario Institucional.
De Movimiento Ciudadano, se sabía que cuando mucho alcanzaría lo mínimo que necesita el Partido para mantenerse en el escenario político electoral y finalmente consiguió el tres por ciento de la votación que se requiere para ello.
Del Partido de la Revolución Democrática, pese al resurgimiento de algunos que se mantenían callados, aislados y poco participativos, no alcanzaron ese porcentaje en términos generales y están a un paso de perder su registro.
Pero la sorpresa del PRI, va más allá de las expectativas que se generaron.
¿A qué se le puede atribuir?
En parte a la terquedad de ir en alianza o coalición con el Partido Acción Nacional. De hecho, fue un tema que desde un inicio, dividió a los priistas.
Y aun cuando personajes como EDGAR MELHEM SALINAS se opuso, lo criticaron y demás, al final de cuentas, pudiera decirse que tuvo razón en su momento.
Hubo otros cuadros políticos del PRI que pensaban igual que MELHEM, pero que desafortunadamente, leales e institucionales, tuvieron que acatar las indicaciones del Comité Ejecutivo Nacional.
Y los que impulsaron y hasta quisieron retirarle la presidencia del CDE del PRI a EDGAR MELHEM SALINAS por oponerse a la coalición, ya ni siquiera aparecieron.
Entre estos se encuentran ARTURO NÚÑEZ y LUIS ENRIQUE ARREOLA.
Aunque el hubiera no existe, de haber participado el PRI por su cuenta, postulando candidato a la gubernatura de Tamaulipas, el resultado pudo haber sido otros.
Candidatos habían varios; ENRIQUE CÁRDENAS DEL AVELLANO, RAMIRO RAMOS SALINAS y otros más estaban en condiciones de abanderar el proyecto por el Revolucionario Institucional.
Sin embargo, la orden vino del CEN del PRI y se tuvo que aterrizar en Tamaulipas, pese a que no todo mundo estaba de acuerdo.
En esta elección de gobernador, el PRI obtuvo escasos 64 mil votos.
No se esperaba esa cantidad. Sin embargo, es una muestra de inconformidad, desprecio y malestar a la decisión de ir en coalición, sobre todo con el PAN.
Y era normal. ¿Cómo era posible que el PRI, se aliara con un partido que lo pisoteo, lo ninguneo y ofendió en el 2016? Pese a ello, se firmó la alianza.
Hoy tristemente el PRI está a un paso de desaparecer en caso de perder, lo único que le queda: su registro como partido político.
Y es que, en el peor de los casos, hay quienes aducen que en esta elección de gobernador, militantes y simpatizantes del PRI cayeron en la tentación y después de recibir un estímulo económico proveniente del PAN, votaron por este partido político. En fin.
alfredoguevara0@gmail.com
La compra del PAN al PRI
