Matamoros.- (Maribel Villarreal) Ahí, en las inmediaciones del puente nuevo Internacional, en la línea divisoria entre Brownsville y Matamoros, el campeón mexicano del boxeo Julio César Chávez reconoció que está librando la pelea más importante de su vida; estar “limpio” de sus adiciones a las drogas y el alcohol.
Al recibir el reconocimiento como “Mr Amigo” de la comunidad de Brownsville, Chávez habló de su historia, de sus sueños iniciales de ser campeón del mundo y ganar millones de dólares.
Todo lo logró: “Tuve mansiones, carros, avión privado y dinero a manos llenas pero busque la cosa más estupida, la cocaina y el alcohol”.
Chávez cuenta su historia, su estancia en un anexo en los que fueron los cuatro meses más amargos de su vida y de su salida para volver a drogarse.
Recuerda que nadie daba un peso por él y que hoy lleva 11 años limpios en lo que es la pelea más importante su vida.
Alcanzó 90 peleas invicto pero reconoce que pudo haber llegado a cien.
Julio César Chávez cuenta su historia para ayudar a otros y hacerles saber que con esfuerzo, dedicación, trabajo y disciplina se alcanzan los sueños.
Llamó a los padres de familia a atender a sus hijos porque el problema de las adicciones no se termina solo con mentadas de madre.
Actualmente Chávez tiene clínicas de recuperación en Culiacán y Tijuana para ayudar a otros con su problema.
Y mando el mensaje; “para poder dejar las drogas y el alcohol se necesitan huevos en la mañana, huevos en la tarde y huevos en la noche”