Si realmente el diputado local JOSÉ BRAÑA MOJICA admitiera el error que cometió el pasado 21 de marzo, al estacionar su vehículo particular en un cajón destinado para personas con capacidades diferente, se le hubiera reconocido.
Incluso, recuperaría parte de la credibilidad perdida y su figura como legislador todavía la conservaría, aunque pobre sea el resultado de su labor y trabajo como diputado local por Victoria.
Sin embargo, fue más cínico al salir en defensa de su poca reputación, utilizando un video y difundiéndolo a través de sus redes sociales, pagando incluso para su promoción, para tratar de desmentir su agravio hacia las personas con discapacidad.
La imagen difundida en medios de comunicación, en la que aparece la camioneta del diputado JOSÉ BRAÑA habla por sí sola; refleja un acto de prepotencia e impunidad, violentando incluso el reglamento de tránsito y vialidad, importándole poco o nada el agravio a las personas con discapacidad.
Y es que, no fue uno o dos, sino muchos testigos que dieron cuenta, de lo que pudiera considerarse como un “lapsus prepotencil”, de un bravucón, cometido por un devaluado legislador que aun y con esas actitudes, tiene aspiraciones por un nuevo cargo de elección popular.
Aparte de ello, JOSÉ BRAÑA se vio por demás mal y representó una falta de respeto, al haber llegado tarde a la ceremonia de honores a la bandera nacional, que se celebró el pasado 21 de marzo, en la plaza que se ubica frente a palacio de Gobierno, dejando mal estacionada su camioneta para llegar alcanzar silla.
Lejos de reconocer su error, argumento no ir manejando el flamante vehículo de cuatro puertas.
Y poco o nada tendría de malo tratándose de un ciudadano común y corriente.
Sin embargo, JOSÉ BRAÑA debe entender que como legislador, independientemente de cualquier partido político, incluso independiente, están para servir, atender y respetar al ciudadano.
Pese a ello, sus acciones no son acordes con esa responsabilidad legislativa.
Contrario a ello, debe predicar con el ejemplo.
Ojala y la mala imagen que generó le sirva para dar el respeto que merecen no solo las personas con discapacidad, sino la gente que dice representar en el Congreso.
Aparte de ello, cuando se comete un error, por muy pequeño que sea, lo primero que se tiene que hacer, es reconocer. En fin.
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