Morena. El Bochinche en la selección de su candidato (a).

Cuando era joven recuerdo que en algunas invitaciones de fiestas en la Universidad en la ciudad de Monterrey, llevaban unas siglas de cuatro letras que en un principio desconocía yo su significado. NRDA. Alguien quitó el velo de mi ignorancia y quizá hasta la falta de clase, según las costumbres en la metrópoli regia. Dicho acrónimo significaba “Nos Reservamos el Derecho de Admisión”. Esto significaba que a juicio de los organizadores solo ellos determinaban quién sí y quién no podía ingresar a pesar de tener la invitación en la mano.

Después de leer en algunos diarios de la prensa nacional que además de los cuatro con verdaderas posibilidades, 34 aspirantes a la candidatura de Morena para gobernador del Estado de Tamaulipas le dieron un sesgo de choteo al proceso de selección para sumar un total de 38. Con tantos soñadores desfasados hicieron que el proceso pareciera un concurso de música de banda. Mario Delgado tendrá que poner un poco de orden en su instituto político.

En medio de todo este bochinche de selección interna de Morena, vino a mi mente una palabra sustancialmente rebuscada, legitimismo, la cual define a la doctrina que afirma la legitimidad de una dinastía, o de una rama de una dinastía, por considerar que tiene mayor derecho a ocupar el trono que la dinastía o la rama reinante. Suena muy clasista y elitista. Pero tiene más que ver con reservarse el derecho de admisión, no con un motivo excluyente per se, sino más bien con la intención de aceptar solamente a quienes no solo aspiran, sino que tienen derecho motivado por su valor curricular o su circunstancia presente y no por una ocurrencia momentánea.

Ya los dirigentes de Morena, después de recibir las 38 solicitudes, dijeron que la encuesta se llevará a cabo solo con cuatro de los aspirantes. Dicha afirmación me parece una versión edulcorada de reservarse el derecho de admisión. No se les dice que bajo ciertos criterios, el proceso de selección de candidato, no permite que cualquier hijo de vecino tenga derecho a inscribirse en el proceso; si fuera así los opositores podrían enviar algunos pocos aliados camuflajeados no más para fastidiar y a ver qué se gana.

Una observación empírica, aquella que ve más los hechos que las palabras, podría arrojar una conclusión muy anticipada y es que el candidato ya está definido pero hay que cuidar las formas y promover la idea de una selección democrática.

El proceso para asignar candidato se llama en forma genérica “Selección de candidato”, y la palabra “Selección” es ya en sí un proceso de descarte, de cribar, de eliminar, de reservarse el derecho de admisión. ¿Por qué aceptar tantos nombres en la inscripción? ¿Miedo a una desbandada? Quizá es una forma de vacunarse contra el espíritu de compra de conciencias y voluntades como ocurrió en el Congreso del Estado.

Otra razón de todo este bochinche electoral de Morena, puede ser posicionar la marca. El PAN por medio de El Truco Verástegui les estaba robando cámara con sus manifestaciones multitudinarias; ver las imágenes con tanta gente convocada para estar cerca del secretario de gobierno llevaba toda la intención de borrar en el subconsciente colectivo los últimos porcentajes de las elecciones a favor del partido guinda. La nota de tanto aspirante apuntado finalmente posiciona a Morena, aunque no sea con la mejor de las razones.

El punto es que 34 de esos 38, si verdaderamente están comprometidos con la causa de la 4T no deberían desgastar la maquinaria morenista y dejar a los cuatro que por diversas razones merecen estar en la recta final. Más de eso es choteo. Siempre quise ser seleccionado nacional de algo. Primero de fútbol, después de natación, en algún momento de mi vida de ajedrez. En ninguno de esos deportes di el kilo necesario para ser seleccionado. Eso no convierte a quien no me escogió en verdugo, ni a mí en un bueno para nada. Al contrario, fueron maestros que me permitieron con el paso del tiempo darme cabal cuenta de cuál era mi rumbo y de esa forma estar donde estoy, que es donde puedo ayudar mejor a la comunidad a la que pertenezco.

Creo que mucho se ahorraría Morena con ser más preciso en la selección y menos complaciente en la inscripción. Para la gran mayoría de los observadores los grandes finalistas son Américo Villarreal Anaya y Rodolfo González Valderrama por su cercanía a la fuente de poder, Maki Ortiz por la cuestión de equidad de género engastada a su biografía y Mario López Hernández por ser el candidato a presidente municipal con más votos en la pasada elección.

Querido y dilecto lector, ningún proceso de selección de candidato de cualquier partido debe ser una exaltación de egos. Es un proceso de competencia que implica méritos y resistencia. Y en este proceso en particular, no se trata de que lleguen todos, sino más bien los mejor calificados. Ya le tocará al elegido, en el proceso electoral llegar con todos.

El tiempo hablará.

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