Mi Matamoros ¡Que herido!

 

La justicia nunca daña a nadie. Seneca.

Mi tío Miguel Covarrubias, célebre escritor regiomontano, aún vivo, fue junto con mi madre, el instigador de mi amor por las letras. Escucharlo hablar en mi infancia era un deleite y una invitación a conocer más y más palabras para comunicarse con la elocuencia, elegancia y soltura casual con la que él lo hacía. Por él cultive la poca o mucha vocación por devorar libros con los ojos. Con el devenir del tiempo comprendí que en los libros no solo se devoran letras, también se devoran vidas ajenas de las cuales podemos aprender mucho.

En los libros encontré a Seneca, de tal forma que ya no sé si lo que afirmo yo son ideas mías o son planteamientos del pensador romano aludido. Me consuela la idea de Pablo Neruda con respecto a sus poemas cuando dice que una vez escritos y sueltos ya no son de él sino de quien los utiliza en el momento más oportuno.

Dicho en el contexto del conflicto de la industria de la maquila, Seneca decía que la verdadera razón invita a los entendimientos sanos, a la justicia, a la equidad y a la buena fe. A ningún matamorense, obrero, empresario o ciudadano común nos puede aprovechar la injusticia porque ni puede conseguir fácilmente lo que desea, ni retenerlo si lo consigue.

Yo diría a todos los involucrados, desde la amplia trinchera de mi ignorancia supina que, hay más detrimento en la misma injusticia laboral que ganancia en las cosas que con injusticia jurídica se adquieren. Desde mi postura de ciudadano ajeno al conflicto, pues no soy ni obrero ni empresario, pero eso sí, soy muy matamorense, creo que hay que moderar las posturas para beneficio de la causa que nos hermana a todos y que es Matamoros. Solo los involucrados saben si lo que se pretende es injusto de tal forma que si se logra, hay que saber desde ya que lo que sigue irremediablemente son calamidades para nuestra ciudad, y de eso sí que debemos huir.

Decía Cicerón, cuanto placer es no tener dolor. Hoy Matamoros nos duele. Que satisfacción es no vivir con conflictos laborales. Sucede como cuando nos acordamos de nuestra infancia lejana y etérea, éramos muy felices y no lo sabíamos. Y a riesgo que se me acuse de obviedades, me alienta la idea de que este conflicto se arregle bien y me alegra recordar lo que teníamos.

Epicuro afirmaba que no se puede vivir agradablemente si no se vive conforme a tres puntos fundamentales que son la sabiduría, la honradez y la bendita justicia. Si estos tres conceptos empapan la voluntad de todos los involucrados el conflicto laboral se ha de resolver positivamente para todos. Cada uno tendrá la grata sensación de que algo gano pero también la generosa y honorable sensación de que no atropello a un tercero para lograr sus triunfos.

Tristemente hoy, obreros y empresarios se encuentran lidiando entre afanes y resoluciones contrarias y, si no hay en cada uno de ellos las tres virtudes aludidas por Epicuro, difícilmente se podrá llegar a ninguna tranquilidad y quietud óptima para nuestra amada ciudad y la consecuencia será a muy corto plazo graves dolencias económicas y sociales para todos los ciudadanos y todo esto será el gran obstáculo para proyectarnos al mundo entero como un centro fronterizo atractivo y de confianza para la inversión foránea.

Querido y dilecto lector, obrero o empresario, en el Ser no inteligente no hay presente ni futuro. En el Ser ambicioso solo hay presente sin futuro. Ese es el parámetro o la escala que los escritores clásicos nos dan para medir el ánimo de los involucrados en todos los pleitos de la Historia Universal. Midamos las posturas de quienes nos invitan a tomar una postura u otra. Si solo beneficia a una de las partes con detrimento del futuro de nuestra ciudad no es la mejor opción.

Ambas partes deben saber que la volatilidad de las inversiones nos amenaza siempre. Esto significa que la inversión se puede ir en cualquier momento si así le conviene. Es una característica inherente y propia de nuestra esencia como parte de un país con el perfil de México. Dicha volatilidad se reduce cuando el inversionista extranjero encuentra mayor certeza jurídica. No olvidemos que siempre habrá ciudades que anhelan las pocas o muchas inversiones que llegan a Matamoros en el rubro de la maquila.

Queridos involucrados en este conflicto laboral que lastima a mi ciudad y la hiere, les suplico que analicen sus posturas; la sabiduría y la astucia son dos caminos que su única diferencia es la satisfacción en el resultado final que beneficia a todos. En este tenor, sepamos con claridad que ninguno de los necios es feliz y ninguno de los sabios deja de serlo.

El tiempo hablará.

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