Clubes Rotarios en Matamoros.

Este es un mundo cambiante, debemos estar preparados para cambiar con él. La historia de Rotary tendrá que ser escrita una y otra vez. Paul Harris.

El viernes pasado me tocó estar en representación del alcalde Mario López en el cambio de mesa directiva del Club Rotario Matamoros, Distrito 4130, el más longevo de nuestra ciudad, en un evento donde el presidente saliente Ramón Pérez Almaguer entregó la estafeta al doctor Javier Saldaña Avendaño; en ocasión de este evento cabe señalar algunos detalles históricos que nos trasladarán a las regiones de la filantropía, muy característico de los rotarios. Definitivamente estamos hablando de un grupo que es mucho más que un club social.

Encontré que esta organización denominada a nivel internacional como Rotary surgió con la visión de un hombre llamado Paul Harris, un profesionista abogado de Chicago quien fundó el Club Rotario de Chicago el 23 de febrero de 1905, con la atinada idea de formar un círculo de profesionistas con miras a propiciar el intercambio de ideas y desarrollar fuertes lazos de amistad. Cinco años después, en 1910, nació la Asociación Nacional de Clubes Rotarios.

Siempre me había preguntado por qué el nombre “Rotary” había sido escogido para esta organización. Y esto es debido a que las reuniones originales tenían lugar en diferentes locales de los miembros de este cálido grupo, y entonces se rotaban en sus juntas para no hacerlas en un solo lugar y de esa forma le daban cierta dinámica a su grupo.

Hoy en día hablar del Club Rotario es hablar de calidez y filantropía. Una calidez propiciada por cada uno de sus miembros y una filantropía muy bien organizada para convertir los hechos en lo más óptimo posible.

Hubo un momento en que se mencionaron los reconocimientos a la asistencia perfecta en el que destacó sobradamente el distinguido empresario matamorense don Arturo Garza Uribe, con sus sesenta y ocho años de antigüedad y su membresía como rotario.

También otorgaron a algunos de sus miembros el reconocimiento “Socio Paul Harris”, que constituye un puntual agradecimiento a las personas que han contribuido, o en cuyo nombre se realizan contribuciones económicas importantes a La Fundación Rotaria.

Entrando un poco en el tema histórico es importante mencionar que el reconocimiento fue establecido en el año 1957 con toda la intención de agradecer y/o solicitar contribuciones significativas para el que era entonces el único programa, las Becas de Estudios Avanzados de La Fundación Rotaria, el programa precursor de lo que hoy son las Becas de Buena Voluntad.

Se mencionó que las contribuciones que se hacen por medio de rotarios se convierten en proyectos de servicio que cambian vidas en las comunidades donde son aterrizadas en todo el mundo, además que desde su creación la fundación ha invertido más de cuatro mil millones de dólares en proyectos humanitarios transformadores y sostenibles.

Escuché que la misión rotaria abarca varios aspectos de suma relevancia que son: brindar servicio a los demás, promover la integridad y fomentar la comprensión, la buena voluntad y la paz entre las naciones a través de las actividades de compañerismo de cada uno de sus miembros.

Entendí que no hay contribución pequeña, pues se mencionó con detalle el impacto que se puede lograr con cada una de las donaciones. Por ejemplo, en el primer nivel con tan solo sesenta centavos de dólar se protege a un niño contra la polio, en el siguiente nivel con cincuenta dólares se puede suministrar agua potable para evitar contraer enfermedades transmitidas por el agua no potable. En un tercer nivel, con quinientos dólares se puede emprender una campaña contra la intimidación y crear un ambiente seguro para los niños, todo esto con el esfuerzo y la logística de la fundación rotaria por todo el mundo, obviamente incluyendo Matamoros.

Fue grato estar presente en este evento con una agrupación que fomenta el apoyo a la raza humana en sus diferentes modalidades, desde dar la mano a quienes menos tienen hasta la entrega de becas a alumnos destacados. No puedo dejar de mencionar la destacada dirección del evento de Juan Carlos Vázquez y nombres de entrañables amistades como los de Adriana Villarreal, el Dr. Miguel Treviño, Isabel Gómez Porchini, Alfonso de León y muchos otros que con su testimonio de vida dan lustre en nuestra localidad a esta fundación rotaria.

Mi reconocimiento por su destacada labor en Matamoros a los dirigentes salientes y mis mejores deseos a la nueva mesa directiva para que sigan mejorando un poco, o un mucho, la vida de quienes son beneficiarios de su filantropía.

El tiempo hablará.

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