Arriba los hombres, abajo las mujeres.

El riesgo de morir desdeñas, y luego desmayada y encogida de tu caduco ser das mustias señas, con que con docta muerte y necia vida, viviendo engañas y muriendo enseñas. Sor Juana Inés de la Cruz.

El pudor y el miedo a un diagnóstico desagradable son dos de las principales razones por las que mujeres que podríamos catalogar de inteligentes y hasta sabias no se aplican en todo lo referente a las medidas de prevención del cáncer de mama. Octubre es el mes internacional de la lucha contra dicho padecimiento, cuya loable finalidad es hacer conciencia además de incentivar la autoexploración mamaria en las divinas mujeres y el diagnóstico temprano para poder prolongar la vida; el 19 de este romántico mes de octubre, es decir mañana, se conmemora el “Día Mundial de la lucha contra el cáncer de mama”. Todo esto no puede, y no debe pasar desapercibido para ni una sola fémina en nuestro país. Este año con el instigador lema a la acción definitiva y contundente para prevenir males mayores en su salud: “Cuídate, está en tus manos”.

En un país que tradicionalmente se ha presentado como machista, el título de la presente columna ha sido una constante presencia en la cultura que nos conforma la existencia en este espacio geográfico en el que inevitablemente vivimos. Ni soy machista ni soy misógino. Apreciada persona que me lees, si iniciaste la lectura de esta columna porque el título de la misma ofendió tus ojos y tú inteligencia, más debe ofenderte la razón de la indolencia ante la inactividad frente a este padecimiento que se ha convertido en un problema de salud pública en México. Lo que quiero es fastidiar la vida con un título estridente para captar la atención del más alto índice posible de lectoras.

El problema ante esta amenaza es que la gran mayoría de las mujeres que me leerá no hará nada, primero porque es un padecimiento que entre sus síntomas no está el dolor y en segundo lugar por considerar que esta enfermedad solo le afecta a terceras personas; en el peor de los casos a un pariente cercano, pero jamás a ellas. Por esta “irresponsable” razón y según cifras de la Secretaría de Salud, cada año se reportan seis mil muertes por cáncer de mama en México y se presentan alrededor de 23 mil casos nuevos, es decir, 60 nuevos casos al día. Los números y estadísticas son apremiantes, particularmente porque esta enfermedad ataca a mujeres de todas las edades.

Querido y dilecto lector, a este grado de la lectura, alguien podría insinuar que no sea yo alarmista, perdón por mi característico antagonismo que pretende ser educativo, de eso se trata, de alarmar a las mujeres para que dejen atrás la inútil filosofía del “No pasa nada”. Permíteme dimensionar esta problemática con palitos y bolitas para que mejor me entiendas, perdón si la opción cognoscitiva pueril te ofende, pero es importante apuntar que el cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en la mujer. Y agrégale, querida lectora que la Organización Mundial de la Salud señala que cada 30 segundos, en algún lugar de nuestro loco e impredecible planeta, se diagnostica un cáncer de mama.

Ahora, para que mejor te alarmes y te asustes y esa incomodidad te mueva a cuidar tu salud, permíteme ser más antipático con tanto dato incomodo al respecto, una de cada ocho mujeres tiene o va a desarrollar este cáncer durante su vida. Pero una buena noticia es que el diagnóstico temprano y oportuno de cáncer de mama no es necesariamente el pronóstico de una muerte irremediable, al contrario, mientras sea ubicado en una etapa temprana más factibilidad existe de superarlo positivamente.

Se trata de desarrollar la cultura de la prevención. Por un lado la autoexploración a partir de los 18 años de edad y algo más avanzado es la mastografía, el estudio que revela anormalidades en el tejido mamario, aun cuando los tumores sean tan pequeños que por medio de la autoexploración no se puedan detectar, y con ello ayudar en el diagnóstico preciso de la enfermedad. Se recomienda que las mujeres entre 40 y 69 años de edad, con o sin síntomas, se practiquen cada dos años esta prueba.

En forma absurda y a riesgo de ser reiterativo, muchas mujeres no hacen nada al respecto al grado que seis mil nuevos casos de cáncer de mama concluirán con la muerte de la paciente debido a que la enfermedad fue detectada en una etapa avanzada.

Queridas y dilectas mujeres, la vida son momentos. Los momentos con tus seres queridos. Los cumpleaños, las graduaciones, los bautizos, la visita al pediatra con tus hijos. Escuchar el grato murmullo de la lluvia y muchas cosas más. No permitas que la negligencia te robe tus momentos. “Cuídate, está en tus manos”.

El tiempo hablará.

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