Consejo Coordinador Empresarial de Matamoros

 

A la memoria de José Pinales

Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto más duro trabaje, más suerte tengo.

Thomas Jefferson

Decía el prolijo escritor francés Honorato de Balzac que los actos del hombre son siempre simbólicos y declaran impulsos y tendencias radicados en lo más profundo de su ser en los que han influido diversas variantes como la herencia, el medio, la educación y demás factores ambientales, pues incluso el azar influye en cada hombre según su predisposición psicológica.

En Matamoros queremos tener un crecimiento sostenido pero cabe señalar que el crecimiento del matamorense solo tiene importancia en relación con su alma noble, y es esta la que al determinar el carácter del individuo decide el rumbo de su vida, eso que a la larga llamamos su sino, es decir esa fuerza desconocida que obra irresistiblemente sobre los hombres y los sucesos.

El jueves pasado tuve el privilegio de observar a un grupo de emprendedores, hombres y mujeres eminentes atraídos por el ingenio empresarial, con la presencia solemne del presidente municipal Mario López Hernández. Todos ellos entes de ideas y realidades. Todos ellos enamorados de Matamoros. Un conglomerado de hombres con unión y con planes de trabajo en beneficio de nuestra ciudad. El Consejo Coordinador Empresarial de Matamoros (CCEM) en nuestra sociedad es una reunión de personas llamados a aunar sus esfuerzos para lograr un fin que se traduce en el fruto de esta mancomunidad de visionarios.

Su denominador común es que al escuchar cada una de sus historias de inicio, coinciden en una época en que se evocaba todo un mundo de fantasías para que con el paso del tiempo darles vida y realidad, sin que les cansara la espera del fruto de su ingenio.

Tuve la oportunidad de asistir al evento del CCEM presidido en su momento por el joven empresario Nicolás Camorlinga Cadena (NCC) y que se llevó a cabo en el restaurante “La Cancillería” en el que se otorgaron dos galardones y tres reconocimientos.

Los galardonados fueron, uno al empresario del año que fue para Cesar Treviño Sáenz de Empaques Rio Grande, cuya historia proyectada en su cautivadora retórica es simplemente inspiradora; y otro a la empresa del año que fue para Finsa, fundada por el empresario Sergio Arguelles Gutiérrez, que, acorde con su discurso el padre fundador parece un anticipo de lo que había de ser el hijo, siempre positivamente inquieto y como él, hombre exitoso de negocios.

Los reconocimientos se otorgaron a tres sectores, el industrial fue para el Ing. Manuel García Garza de Bright Finishing de Matamoros; el sector comercio, servicio y turismo fue para el Lic. Alfonso Cárdenas Gutiérrez de La Cancillería, Mi Pueblito y Las Parrillitas y por último el sector construcción e infraestructura para el Ing. Ramón Humberto Sampayo Ortiz de Premezclados del Norte.

Al escuchar las palabras de cada uno de ellos asumí que el hombre que sale del ámbito comodino de la sociedad y se plante de cara a su futuro, arriesgando muchas cosas en su vida, crea un nuevo orden de cosas y merece la admiración de quien lo contempla. Y dicha admiración se concretizo materialmente con estos reconocimientos del CCEM.

Todos los galardonados y reconocidos llevan en su esencia su invaluable historia de azarosos comienzos, pero llenos de sueños y entendiendo con su vida que el genio es una larga paciencia.

Querido y dilecto lector, pude entender que en Matamoros a lo largo de los años no ha habido más remedio que aprender aptitudes tan fundamentales como trabajar en equipo.

Platicando con NCC las causas y génesis de las ideas desarrolladas para la concepción del CCEM, aterrizó en la plática el concepto de promover lo que Matamoros es y ha sido en todos los sectores, y de ahí surgió la campaña “Yo soy Matamoros” que los llevo a diseñar el documento conocido con el apelativo de Perfil Socioeconómico de Matamoros el cual es un compendio de información seleccionada de nuestra ciudad que se inició en marzo de 2017 y se concluyó en mayo del 2018. Un documento cuya lectura es obligada para quien se precie de ser matamorense de cepa.

Todos estos emprendedores tienen un vínculo muy fuerte con Matamoros. Su planta humana, como todas, toma su savia primitiva de esta tierra que les impone retos y los encausa para bien de nuestra geografía. Del abigarrado y con frecuencia hostil mundo exterior el matamorense puede y debe refugiarse en su gente como un acto de madurez, esa aleación de experiencia, paciente escepticismo, moderación y sentido de la responsabilidad que se transpiraba en cada uno de los premiados con su inherente autoridad que en su esencia no consiste en mandar, pues etimológicamente la palabra proviene de un verbo latino que significa algo así como “ayudar a crecer”. Y el CCEM, ahora al mando de María del Carmen Cadena Espinosa es precisamente lo que hará.

El tiempo hablará.

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